Si piensas que para practicar snowboard necesitamos viajar a Argentina o Chile, ¡estás equivocado! El Chimborazo, además de ser uno de nuestros volcanes más emblemáticos, también es el escenario perfecto para divertirte practicando snowboard. Junto con un grupo de amigos no dudamos en organizar un road trip para poder disfrutar del Chimborazo como nunca antes lo habíamos hecho. ¡A embarcar todo!

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Así, hicimos maletas y salimos rumbo al primer refugio del Chimborazo. Te dejamos nuestra ruta de salida desde Guayaquil. Consideramos que es la mejor para realizar este viaje y conocer más lugares a lo largo del camino. Nuestro punto de partida fue la Primax de Durán.

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Nuestra primera parada será en la Laguna de Colta, en la provincia de Chimborazo. Aquí podrás disfrutar del paisaje, ¡la vista que ofrece la laguna es maravillosa! Si tienes suerte, desde este punto también podrás observar el volcán.

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El ingreso al establecimiento cuesta 50 centavos por persona y su actividad principal, y la que les recomendamos que hagan, es pasear en bote en la laguna, cuesta $1 por persona. ¡Recomendación! Aproximadamente 10 minutos antes de llegar a Colta, te encontrarás en el páramo. Te recomendamos parar en la carretera, ya que desde ciertos puntos podrás observar todos los volcanes que rodean esta zona. Los volcanes más visibles desde este spot son el Chimborazo, Carihuairazo, Tungurahua, Altar y el Sangay.

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Diagonal a la laguna se encuentra la Iglesia Balbanera: ¡la primera Iglesia construida en el Ecuador! Afuera encontrarás puestos de dulces típicos y artesanías, donde podrás comprar dulces de panela (excelentes para el soroche) y los famosos ponchos que te servirán para abrigarte del frío, ¡y también para tomarte fotos!

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Finalmente, nos dirigimos hacia el Chimborazo, donde nos aclimatamos para que al día siguiente —que teníamos programado hacer snowboarding, no nos coja el soroche. En el camino podrás observar a las vicuñas y alpacas que se encuentran en los alrededores. Si tienes suerte y el Chimborazo está despejado, podrás observarlo desde ángulos increíbles en donde podrás tomarte fotos espectaculares.

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A 4,800 metros sobre el nivel del mar se encuentra el refugio Hermanos Carrel, también conocido como el primer refugio del Chimborazo. Allí puedes comprar un té o un chocolate caliente que te servirá para coger calor y sentirte más cómodo. También podrás comprar sánduches, panes y dulces que te mantendrán con energía. Si lo necesitas, puedes hacer uso del baño por 25 centavos. Si vas en época de invierno, es muy probable que a este punto ya esté todo cubierto de nieve, por lo que podrás divertirte haciendo muñecos de nieve o jugando con bolas de nieve.

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A 5 minutos del refugio llegarás al monumento en homenaje a Simón Bolivar cuando ascendió el Chimborazo. Por este mismo camino podrás caminar aproximadamente unos 50 minutos hasta el segundo refugio, Whymper, donde encontrarás los mismos servicios que en el primer refugio. A lo largo de este camino, te encontrarás con varias lápidas en honor a las personas que fallecieron intentando conquistar la cumbre del majestuoso Chimborazo.

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Llegó la hora de descender. Aprovechamos para probarnos los equipos de snowboarding: la chompa y pantalón impermeable, botas de trekking y las gafas para nieve. Esto te será muy útil ya que te ayudará a mantenerte seco, y por lo tanto no tener tanto frío en el cuerpo y en los pies. Las gafas de nieve te ayudarán para poder ver mejor, ya que el sol refleja en la nieve y crea un resplandor molesto.

Ahora, a descansar para el día siguiente. De seguro ya tendrás mucha hambre. Dependiendo de tus gustos, podrías comer comida típica —como la fritada y el hornado en Riobamba— o si quieres algo de comida rápida, puedes ir al Shopping de Riobamba. Nosotros decidimos ir al Shopping por la variedad de comida que hay. Se encuentra a 1 hora saliendo de la entrada del Chimborazo.

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Nos dirigimos al Chimborazo Lodge. Aquí podrás pasar la noche súper cómodo y con la posibilidad de ver el Chimborazo con tan solo acercarte a la ventana. Nuestros amigos decidieron quedarse en un Airbnb en Guano, que es alado de Riobamba. Desde allí puedes apreciar otra de las caras que tiene el Chimborazo. Dependerá de tu presupuesto donde quieras quedarte; pero nosotros que hemos tomado ambas opciones, te aseguramos que en cualquiera que escojas podrás disfrutar y descansar. Justo antes del desvío al Chimborazo hay una gasolinera Primax, donde aprovechamos para poner gasolina para nuestra aventura de mañana y regresar a Guayaquil.

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¡Día de snowboard! La reserva del Chimborazo abre a las 8 de la mañana y te recomendamos estar a primera hora para aprovechar que no hay mucha gente y así tener más tiempo para divertirte. Nuevamente te dirigirás al parqueadero del primer refugio en donde podrás dejar tu carro y te encontrarás con los chicos del snowboard, que te darán los equipos previamente mencionados.

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Una vez listos, caminamos hacia la zona de snowboard. En época de invierno podrás tener suerte y caminar apenas 15 minutos para encontrar lomas donde puedas hacer snowboard; sin embargo, en épocas de verano podrías caminar hasta 1 hora para ir a la zona de snowboard, que es pasando el segundo refugio.

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Al llegar, lo primero que harán es enseñarte cómo frenar ya que es lo más importante para hacer snowboard. Una vez que aprendas a frenar y ponerte las botas, es cuestión de cogerle el golpe. Al principio, te costará un poco… pero con el tiempo ganarás confianza. Como parte del itinerario, te darán un lunch, ya que la idea es que te quedes pasando el medio día: por el sol, se derrite un poco el hielo y puedes deslizarte mejor.

Nosotros nos quedamos hasta las 3 de la tarde, que decidimos regresar a Guayaquil por una ruta más corta. En esta ruta, pasamos por Guaranda y Babahoyo y el recorrido toma 4 horas aproximadamente. Por experiencia, te recomendamos tomar el camino que pasa por Bilován, porque sino pasarás por una carretera que consideramos peligrosa para los vehículos. Igualmente, aquí te dejamos la ruta en Google Maps que te recomendamos que tomes.

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A pesar de que salimos bastante cansados por el snowboard, la adrenalina y buena onda se notaba: ¡Pasamos bacansísimo! Ni bien llegamos a Guayaquil, y ya queríamos planear el siguiente viaje. Definitivamente, Ecuador nunca deja de sorprendernos.  ¡Hasta la próxima!

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