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Después de nuestro último viaje al sur del país donde recorrimos varios lugares hermosos como Ingapirca, nos quedamos con las ganas de ir mas allá, así que decidimos armar un nuevo viaje al Parque Nacional Cajas.

Desde Quito, salimos a la madrugada con el fin de poder ir disfrutando del paisaje mientras iba amaneciendo. Dejamos listas las maletas la noche anterior, preparamos alimentos para el camino y llevamos algunas cobijas para el frio ya que nuestra intención era tratar de acamparen el parque.

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Nuestro viaje tendría una duración de 8 horas aproximadamente y no tendríamos paradas intermedias ya que lo hicimos únicamente en un fin de semana y el trayecto era largo, bueno eso era lo que creíamos hasta que llegamos a la provincia de Cañar y al preguntar por la vía Alcañar nos dijeron que cerca había unas ruinas muy bonitas, así que decimos desviarnos un poquito para no quedarnos con la pica de saber cómo eran esas ruinas.

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Cosas de la vida, casi nos quedamos sin conocer este maravilloso lugar. Nos faltaba apenas unas 2 a 3 horas para llegar a nuestro destino planificado, pero el destino nos llevó a conocer un magnífico lugar en la provincia del cañar, y esto nos sirvió para darnos un amplio descanso por el largo viaje que hemos tenido.

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Una vez en el Tambo, a escasos 15 minutos un lugar muy poco visitado según lo que nos contaban los cuidadores del lugar, nos llenaba de mucha intriga por lo místico del lugar. Este complejo arqueológico, de acuerdo a lo que nos comentó el guía, fue un lugar sagrado en el cual lo indígenas prehispánicos realizaban rituales ancestrales. Aquí encontramos desde un sillón, denominado Sillón del Inca, una mesa, un Altar, unas escalinatas y un gran complejo de baños por donde corría agua para los rituales que provienen desde el cerro Yanacauri.

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Después de realizar el recorrido en el complejo arqueológico, fuimos nuevamente al auto para desayunar unos sándwich que habíamos llevado. Ya descansados y con un poco más de fuerzas continuamos nuestro recorrido donde sería un trayecto de 3 horas aproximadamente más que deberías conducir para llegar a nuestro objetivo final. A pesar que recién habíamos desayunado, el cansancio del viaje nos abrió nuevamente el apetito así que apenas llegamos lo primero que hicimos es realizar estiramiento y a almorzar, visitamos las Cabañas El Pescador Restaurant para almorzar un rico mote tradicional de la provincia del Azuay.

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El Parque Nacional Cajas alberga la zona volcánica más antigua de la Cordillera de los Andes, aquí el paisaje es un espectáculo que a uno le permite meditar y darse cuenta de lo maravilloso que es nuestro país. El lugar es algo frio, lógicamente es por la altura a la que nos encontrábamos, alcanzamos un promedio de los 3160 msnm a 4450 msnm hasta el punto más alto. El complejo Lacustre del parque es muy hermoso, hay varias lagunas como la Toreadora y Llaviucu que son visibles desde la carretera, pero hay otras más que hay que adentrarse un poco para poder observarlas.

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Para llegar a la Laguna Toreadora se va por la vía Cuenca – Molleturo – Puerto Inca, esta laguna está a unos 405 minutos de la ciudad de Cuenca. La laguna Llaviucu el ingreso es por la misma vía hasta llegar a la Y de Sayausi, y se avanza por un empedrado cerca de3 kilometros.

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También encontramos una cumbre a 4200 msnm donde hay un mirador natural llamado las 3 cruces que está a la derecha de la carretera y es aquí donde está la variante de las aguas que van al Océano Pacífico y las que van al Río Amazonas. Además está el camino de García Moreno, desde donde se puede observar las 3 cruces que de acuerdo a la historia es un reconocimiento a los viajeros que fallecían debido al fuerte frio de la zona.

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También hay zonas de camping que son autorizadas por la administración, donde se puede realizar acampadas y adentrarse un poco al parque para conectarse con la naturaleza. Este viaje nos ha llenado mucho, terminamos contentos y muy entusiasmados por que sabemos que regresaremos.
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