Limpia tus pulmones en la Isla Santay

Sofia Bermúdez

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Presupuesto:
Menos de $100
Tiempo recomendado:
1 día

Limpia tus pulmones en la Isla Santay

Dicen que todos los caminos llevan a Roma. Pues en el caso de la isla Santay, ese gran montículo verde que saluda a Guayaquil desde el otro lado del río, sucede algo parecido. Hay tres formas de llegar a esta reserva ecológica, donde habitan un poco más de 200 personas.

La primera opción es cruzando el puente basculante Guayaquil-Santay, ubicado en las calles El Oro y Eloy Alfaro (al sur de la ciudad); sin costo alguno más que el que tus pies quieran pagar o alquilando una bici por US$ 4 las tres horas. Recorrerás unos 800 metros de plataforma y cerca de 2,6 km de senderos, entre el follaje de la isla. Te recomiendo mucho este tramo (que está temporalmente cerrado) si te gusta hacer caminatas cortas, pues te tomará una hora en promedio. Sin embargo, si eres de excursiones más largas, hazlo desde Durán.

La salida desde Durán se encuentra en el malecón Abel Gilbert. De igual manera el ingreso no tiene costo y el uso de bicis tiene el mismo precio mencionado. Desde aquí también hay un puente basculante de unos 800 metros de longitud, sin embargo el sendero es de 6,7 km.

La tercera opción es tomar una lancha turística desde el Yacht Club en el Malecón 2.000. Por US$ 5 para adultos puedes ir y volver. US$ 3 para niños, adultos mayores o una sola vía.

En esta ocasión tomé esta alternativa, pues tiene la ventaja de incluir un recorrido guiado por los comuneros de Santay de 1 hora 45 minutos. Por cierto, esta es una forma de aportar a la comuna ya que el ingreso a la isla Santay es gratuito.


El guía te explicará sobre la fauna y flora de la Isla en el centro de interpretación; y en el recorrido podrás conocer las especies de primera mano. Tal vez lo más fascinante es la cocodrilera. Tienen 12 cocodrilos nativos, de esos que nuestros abuelos y bisabuelos se encontraban en los manglares de Guayaquil. Aquí están protegidos y en cautiverio, pues están en peligro de extinción.

Atrévete a cazar con la mirada a estos reptiles. Encuéntralos sumergidos en sus piscinas cafés o tomando el sol entre los matorrales. Quédate quieto cuando se muevan, para presenciar como, con paso pesado, demuestran su grandiosidad. De hocico a cola estos animales fascinan por su tamaño y apariencia.


Al estar dentro un Área Nacional de Recreación (zona protegida), la vida en este lugar se basa en la sostenibilidad y el cuidado del ambiente. La ecoaldea Jacinto de Santay cuenta con energía solar, practica el reciclaje y además tiene su propia planta de agua. Lo habitantes de la Isla Santay viven de la pesca y del turismo. Al llegar, notas que es una vida simple y tranquila, incluso teniendo al frente la ciudad. En la Santay la naturaleza crece en cada poro de la isla, por algo le dicen el pulmón de Guayaquil.

Los senderos son cortos, pero satisfactorios. Por la ruta Huaquillas (400 m y 15 minutos de duración) te adentras en las venas de la Isla Santay. El camino está trazado por árboles nativos, como el algarrobo, guachapelí y el mangle; además encontrarás algunos insectos y aves. Cuando llegues a un descanso con vista a un estero, aprovéchalo. Date el tiempo de solo observar como detrás del agua se sigue levantando la naturaleza inalcanzada por la mano humana.


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Presupuesto:
Menos de $100
Tiempo recomendado:
1 día
Experiencia relatada por:
Sofia Bermúdez

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