Fin de semana gastronómico en Cuenca

Adelaida Jaramillo

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Datos importantes
Presupuesto:
Medio ($101 - $250)
Tiempo recomendado:
2 días

Fin de semana gastronómico en Cuenca

Agosto, 2024

Viajar a Cuenca siempre es un placer, porque esta ciudad llena de historia, cultura, sitios arqueológicos y ríos, también es un paraíso para los amantes de la gastronomía. Suelo escaparme un fin de semana para explorar, tanto la comida callejera como la alta cocina de esta ciudad: sus jugosos hornados, las espumillas, el mote sucio o los tamales recién salidos del vapor, son mis platos favoritos y hacen de esta ciudad un destino gastronómico imperdible tanto para los locales, como para los extranjeros.

Los sabores del mercado y de las calles

En el corazón de Cuenca está su mercado en donde palpita la gastronomía local. Aquí, los vendedores ofrecen productos frescos y platos preparados con ingredientes como las papas, el maíz y el cerdo. Mi primera parada fue comer el hornado con chicharrón, ensalada y papas, un plato que cuesta desde $4 USD. En el Mercado 10 de agosto se puede comer el mote pillo y el mote sucio, tan tradicionales de la ciudad. Quería comer cuy, pero no encontré ningún puesto que lo vendiera, pero si les provoca, y tienen carro, vayan la Picantería Reina del Cisne camino a Turi, en donde también podrán probar el chancho a la barbosa.

Luego del mercado fui a la Calle de las Herrerías, el lugar al que los locales van a comer tamales, humitas, torrejas de choclo, quimbolitos, chachis y más delicias típicas. En la cafetería La casa de la golosina había fila para recibir atención, así que me acerqué a comer un tamal de pollo y debe ser uno de los más ricos y delicados que haya comido en mi vida. Con una textura más parecida a la de una hayaca, esta delicia me costó $1 USD, pueden tomarla con café o con agua de yaguana.

Un nuevo acercamiento a la gastronomía

La escena del "casual fine dining" en Cuenca está en auge, con restaurantes que ofrecen experiencias culinarias únicas en ambientes relajados, pero elegantes. Durante mi estancia, visité Miske Gastrobar, del chef Andrés Vásquez, donde me pedí unos ñoquis de yuca con langostinos a la brasa, que venían sobre un bisque encocado que estuvo estupendo con el coctel que tenía tomates cherry. Me sorprendió la calidad y originalidad de su carta.

Siempre que puedo visito Café Libre, un restaurante plant-based liderado por los chefs Paul Flores y Rocío Valencia con una carta nómada que se mueve como los productos estacionales. En mi mente tengo los homenajes al cevichocho y al mote sucio, así como el postre de tomate de árbol que me dejó asombrada. Otros lugares que suelo visitar son Dos Sucres, Mansión Matilde y Consuelo; y para desayunar me gusta ir a Sinfonía Café y Martín Cocina

Uno de mis motivos para viajar fue un almuerzo de 5 tiempos preparado por dos cocineras excepcionales: Tata Rodríguez, chef de La Chichería, ambateña radicada en Cuenca, a quien conozco por impulsar redes agroecológicas, recibía a Valentina Álvarez, de San Vicente en Manabí, quien es coordinadora de ICHE, un restaurante y centro de educación sobre la cocina ancestral de la provincia y las preparaciones en el horno manabita, que es patrimonio del Ecuador. 

Este almuerzo fue una celebración de la gastronomía ecuatoriana en su máxima expresión, La chola montubia juntó técnicas tradicionales de la costa y de la sierra con presentaciones contemporáneas. En el menú no faltó el corviche, el ceviche y el troliche, así como tampoco faltó la tradición quichua con el maytu, que significa “envuelto” y las uchu papas. A la mitad del servicio me sirvieron el chupe, un plato que une a ambas regiones: por un lado, está el pescado de la costa y por otro los tubérculos andinos. El cierre con el postre que trabajaba el cacao fino en espuma, nibs, helado, que olía al terreno de los cacaotales fue una maravilla. Para acompañar la comida pedí el maridaje completo de Crix García y de Iche que fue acertadísimo. 

Valió la pena el viaje.

Mis recorridos gastronómicos por Cuenca siempre me dejan maravillada con la riqueza y diversidad de su cocina. Desde los sabores más tradicionales, pero sabrosos de la comida callejera hasta las elaboradas creaciones con técnicas de alta cocina, cada experiencia es inolvidable. Invito a todos los viajeros a explorar Cuenca y a dejarse seducir por sus sabores y tradiciones.

¡Buen provecho!

Datos importantes
Presupuesto:
Medio ($101 - $250)
Tiempo recomendado:
2 días
Experiencia relatada por:
Adelaida Jaramillo

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