“Un buen viajero no tiene planes fijos ni tampoco la intención de llegar” - Lao Zi.

Andrea (@agutierrezgomez), Roberto (@robinski__) y yo (@jaimeh89) comenzamos a viajar juntos hace un poco más de un año, buscando los mejores lugares del Ecuador para hacer fotos y videos que inspiren a los demás a salir de la ciudad y su confort. En este último viaje decidimos invitar a Samara (@samara_montero), la conocimos tan solo dos días antes del viaje. ¿Qué loco no? Le contamos la idea, le encantó, la química fluyó y ya estábamos listos para salir a nuestra siguiente aventura.

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En esta ocasión, queríamos hacer algo diferente, viajar sin un destino fijo. ¿Qué? Así como lo escuchan, cogimos nuestro auto y nos aventuramos hasta donde nos llevase la gasolina, que PRIMAX nos costeó ;). Evidentemente teníamos lugares ya en mente, pero la idea era aventurarnos sin un plan fijo, lo cual fue genial porque encontramos spots increíbles que no conocíamos. Teníamos tan solo dos días para viajar, por lo que una ruta rápida de volcanes, pasando por distintos lugares icónicos era nuestra mejor opción.

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Salimos antes del amanecer, para aprovechar el día, aunque sabíamos que contábamos con la libertad de parar cada vez que el lugar lo amerite. Para poder iniciar nuestro viaje fue necesario tanquear en la PRIMAX del km 1.5 vía Durán - Tambo.

Nos bajamos a comprar snacks y mucha agua para tener durante todo el recorrido. Nuestra primera parada fue en una plantación de palma africana en la carretera vía a Quevedo. Nos llamó la atención ya que era un mar verde de cientos de palmas plantadas en perfecto orden, un spot perfecto para el primer vuelo del dron. Tomamos riesgos volando en perfectos círculos por debajo de las copas de los árboles para lograr tomas que transmitan nuestra sensación de estar en el centro de todas estas plantas. Pueden verlo en el siguiente video:

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Luego de una hora de estar ahí, guardamos todo y seguimos nuestro camino, esta vez hacia la Laguna del Quilotoa, luego de un pequeño desvío (porque me quedé dormido y no revisé bien el Google Maps, perdón chicos). Una vez en la Laguna, almorzamos en el Restaurant ‘Chozita’, junto al parqueadero, preparándonos con un té de hoja de coca para comenzar nuestro trek (caminata de excursión). Es un buen lugar para hacer una parada estrátegica, y el té es bastante rico. Pero como no todo es perfecto, mientras discutíamos si bajar a la Laguna o no, una nube gris gigantesca se acercaba por el horizonte, así que optamos por no bajar y hacer un trek de 40 minutos para llegar al mirador Shalalá.

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Caminamos por el borde del cráter por subidas y bajadas (a 3800 metros de altura, fue súper fuerte) hasta llegar al mirador, que encontramos para nosotros solos (#win por viajar entre semana) y donde hicimos más fotos y videos. Decidimos volver antes de la caída de la noche para evitar el frío y el trek en la oscuridad, caminando otros 40 minutos mientras el sol se ocultaba en el horizonte, pintando las nubes y los picos de las montañas que rodean la laguna.

Al regresar, decidimos hacer una nueva parada para cenar en el Restaurante ‘Sisa Pakary’ y esperar a que salgan las estrellas para hacer un poco de astrofotografía. Así, terminamos nuestro primer día de viaje en Latacunga, llegando al Hotel Makroz para descansar. El hotel está más que bien para descansar, pero no esperes lujos.

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El segundo día arrancamos después de desayunar en el hotel, preparamos equipos y salimos con dirección al Área de Recreación Nacional “El Boliche” un bosque de pinos en las faldas del volcán Cotopaxi, aquí recorrimos los senderos un par de horas antes de ir al parque nacional Cotopaxi.

Una vez más nos encontramos el lugar para nosotros solos y recorrimos el largo camino que nos llevó a las faldas del volcán. En medio de espesos bosques de pinos avanzamos por varios kilómetros llegando al final del camino asfaltado y comenzando el camino de tierra y piedra que estaba en muy buenas condiciones, pero aún así era complicado porque andábamos en un auto bajo.

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Nuevamente, el clima no nos acompañó y mientras avanzábamos por el camino, también lo hacían las nubes que llegaron a ocultar completamente el volcán. Decidimos cambiar la ruta y llegamos a la Hostería Tambopaxi, el lugar perfecto para refugiarnos del frío, ahí almorzamos y aprovechamos para hacer unas fotos esperando que se despeje el volcán para el atardecer. La hostería tiene dos opciones, cuartos en común o cuartos vip (privados), el que escojas ya depende lo que se ajuste a tu presupuesto. Después de una hora, viendo que definitivamente las nubes estaban para quedarse, salimos de vuelta al hotel antes de que la lluvia nos atrape. Al salir del parque nacional, ya era de noche.

Con nuestro viaje llegando a su fin, tomamos una última decisión, salir de vuelta para Guayaquil a las 4 am para llegar a ver el amanecer cerca del volcán Chimborazo. El plan era llegar el Arenal tipo 6 am, pero otra vez nos falló la lectura del Google Maps (esta vez fue Roberto -_-) y a las 5:30 am terminamos del otro lado del volcán, en la estación del tren de Urbina.

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Hacía DEMASIADO frío pero el paisaje era perfecto, así que bajamos a hacer fotos mientras los moradores del sector comenzaban a salir con su ganado y nos saludaban al pasar. Ya a las 6:30 con los pies, manos y cara adormecidos del frío corrimos de vuelta al auto. Con la calefacción al máximo arrancamos el último tramo de nuestro viaje de vuelta y recargamos en Riobamba, en la PRIMAX de la Panamericana Sur km 5 ½.

Llegamos a Guayaquil por la tarde, de vuelta al calor con las memorias llenas de fotos y videos por editar y planes de nuevos lugares para visitar. ¿Si recomendamos este viaje? ¡Mil veces sí! A veces los viajes no tan planeados, son los que mejores salen. Eso sí, nos hubiese gustado tener quizás 1 o 2 días más para hacer las cosas con menos apuro. Definitivamente, un viaje que les recomiendo para salir de la rutina y aventurarse un poco dentro de nuestro increíble país.

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