Cumbre en el Ruco Pichincha

Leonardo Idrobo

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Datos importantes
Presupuesto:
Menos de $100
Tiempo recomendado:
1 día

Cumbre en el Ruco Pichincha

Teníamos la expectativa de realizar un recorrido completo desde el teleférico hasta llegar a la cumbre del Ruco Pichincha. De ahí, pasar por el cerro Ladrillos, cruzar hasta el Padre Encantado y terminar en la cumbre del Guagua Pichincha.

La familia RUTAVIVA se reunió a las 8 en punto de la mañana en el teleférico de Quito. Casi todos los chicos estuvieron puntuales, porque sabían que tendríamos una gran aventura. La adrenalina corría por las venas de todos. Además, parecía que tendríamos un clima espectacular. Incluso aquellos que venían desde zonas distantes habían llegado la noche anterior para no perderse de esta gran ruta.


Desde Lago Agrio, Guayaquil, Santo Domingo, Loja, Cuenca, Riobamba… 70 aventureros estábamos listos para cumplir este reto. Una vez reunidos en el Teleférico, Moni empezó a poner orden junto con Danny, siempre alertando a los muchachos para ir organizarnos. ¡Vamos haciendo fila india!— decía uno de ellos, para poder comprar los tiquetes en el teleférico y empezar a subir. El día no estaba nublado, pero tampoco soleado… pero teníamos la impresión que nos haría un buen clima, así que estábamos muy emocionados para empezar el ascenso.

Cada uno con nuestro ticket, empezamos a subir en grupos de 6 personas por cada cabina hasta la estación ubicada en Cruz Loma. Al llegar a las cabinas, nos recibió una vista espectacular de la ciudad

Ya eran las 9 de la mañana y estaban terminando de subir todos. EL team @RUTAVIVA ya estaba casi listo para iniciar el recorrido, así que realizamos un poco de calentamiento previo y dimos algunas instrucciones para evitar cualquier mal rato para el grupo. Lo principal es dar recomendaciones personales y de cuidado del medio ambiente. Una vez con los motores listos, Sebastián empieza a abrir la ruta, Klever va en el medio y yo voy cerrando el primer grupo que realizaría la ruta completa, mientras que Pame va con el grupo que únicamente avanzó hasta la Pirámide caída.

Había bastante gente, así que nos dividimos en grupos de acuerdo a las condiciones físicas. Asignamos un líder a cada grupo de 10 ruteros. Los primeros grupos se adelantaron y llegaron de a poco hasta el desvío del paso de la muerte. De ahí, avanzaron hasta la Cueva del Oso donde se hizo una parada obligatoria para coger fuerzas, hidratarnos y alimentarnos un poco. Mientras los otros grupos seguían avanzando, se veía una nube negra que nos acompañaba. Eso ya era una señal… así que dimos instrucciones por las radios para que los grupos rezagados avancen hasta la Cueva del Oso y regresar con cada líder de grupo. Por seguridad, era indispensable manejarlo de esa manera, ya que éramos un grupo bastante numeroso y disperso en la zona.


Una vez listos para seguir avanzando, tomamos el camino que cada vez era más rocoso y nos  tocaba escalar un poco. Empezó a soplar algo de viento, y después de unos pasos empezó a nevar. Fue simpático sentir la nieve caer y ver cómo la montaña se vestía de blanco: ¡era como estar en un cuento de hadas! No podíamos dejar pasar la oportunidad de tomarnos unas cuantas fotos.

Sólo quedábamos los que teníamos experiencia en montaña, así que aceleramos un poco más el paso hasta llegar a la unión que divide el Ruco Pichincha hacia la ruta de la integral. Así, fuimos hacia la cumbre del Ruco. Debido al clima, decidimos realizar la cumbre y no la integral completa, pues la meta —más que llegar a la cumbre— es llegar a casa. Tomamos la mejor decisión: llegar únicamente hasta la primera cumbre y retornar.


Mientras avanzábamos, la nieve ya cubría casi toda la superficie de la roca. Estábamos a 100 metros de coronar este majestuoso volcán, así que aceleramos el paso hasta alcanzar la cumbre. A pesar de ser una gran ruta con nieve y viento, ¡lo logramos!. Nos tomamos fotos y por las mismas regresamos. La montaña siempre seguirá ahí las veces que queramos retornar: así que será en otra ocasión que realicemos la ruta Integral completa.

Al regresar, la roca ya estaba mojada, y era más difícil descender. Bajamos con precaución hasta el arenal, donde ya estaba completamente nevado. Sin duda, es un momento único, y la vista ni hablar. Continuamos nuestro descenso hasta antes de la cueva del oso, donde tuvimos que bajar otra parte rocosa con mucho cuidado.

A esta distancia, la nieve sólo queda entre las hojas, y el clima es tan raro que podíamos divisar a Quito completamente iluminado por el sol. Fueron momentos gratos y de mucho aprendizaje. Sólo pocos llegamos a la cima de este viejo volcán, pero otros saben que deberán prepararse un poco más para disfrutar la experiencia completa. Al llegar, Pame y algunos chicos nos esperaban con ansias. Les contamos que aunque no hayamos logrado realizar la ruta completa, pudimos llegar a la primera cumbre y que todos regresamos felices y motivados.



Datos importantes
Presupuesto:
Menos de $100
Tiempo recomendado:
1 día
Experiencia relatada por:
Leonardo Idrobo

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