Cotacachi, encanto de ciudad junto a una laguna activa.

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Presupuesto:
Más de $100
Tiempo recomendado:
3 días

Cotacachi, encanto de ciudad junto a una laguna activa.

Hay lugares que los tenemos tan cerca, pero pocas veces pensamos en visitarlos hasta que nos enteramos de los rincones –naturales y culturales– que se conservan allí, provocando que nuestra estadía se extienda más de lo programado, ¿Crees que te suceda lo mismo con esta ciudad?

A dos horas del norte de Quito, precisamente por la carretera Panamericana y Troncal de la Sierra, se ubica una pequeña ciudad que pocas veces ocupa los primeros lugares en la lista de los turistas. Quizás se deba porque desconocen los atractivos que existen allí. Si el viaje lo inicias desde Guayaquil, primero debes dirigirte hacia la capital: tardarás entre 7 a 8 horas, partiendo desde la Primax ubicada en Samborondón.

La ciudad a la que nos referimos se llama Cotacachi, y acudimos a ella por un sitio en concreto que deseábamos visitar: su laguna cercana. Pero debido a que llegamos al mediodía, lo dejamos para el día siguiente, ya que se recomienda llegar bien temprano para disfrutar mejor. Por lo tanto, lo primero que hicimos fue hallar nuestro hospedaje.

Fue así como dimos con el Yellow Guest House: una casa convertida en un hospedaje muy tranquilo, rústico, cerca del centro pero a determinada distancia para que ningún ruido incomodara. Quienes atendían eran muy amables, sobre todo a la hora de servir el desayuno. El precio nos pareció más que justo –$40.00– por todas las comodidades que tenía nuestra habitación.

Luego de acomodar las mochilas en el hospedaje, salimos hacia el centro de la ciudad, precisamente a la Plaza Principal, llamada también Parque Abdón Calderón. Es de gran tamaño y el punto de encuentro de algunos lugareños. Aparte de la estatua de Santa Ana de Cotacachi, nos llamó la atención la Iglesia Matriz que se levanta frente al parque.

La fachada nos impresionó, y aunque no logramos ingresar –estaba cerrada por la tarde un día entre semana–, pudimos ver el interior a través de los orificios de las puertas. Una de las calles adoquinadas aledañas a la iglesia, precisamente en donde se encuentra el Museo de las Culturas, también mostraba un paisaje urbano encantador. Caminamos con la cámara en las manos.

Obviamente entramos al museo, el cual es gratuito y abre todos los días (sólo lo cierran de 01:00 a 02:00 PM). En la planta baja, visitamos salas donde exponían parte de la historia de Cotacachi, iniciando desde la época Precolombina. También hay exposiciones sobre su arte y tradiciones, un pasado que vale la pena conocer, como sus personajes más representativos que participan en la Danza de los Abagos y el Baile de San Juan y San Pedro, fiestas que tienen mucha importancia en la ciudad.

La fachada nos impresionó, y aunque no logramos ingresar –estaba cerrada por la tarde un día entre semana–, pudimos ver el interior a través de los orificios de las puertas. Una de las calles adoquinadas aledañas a la iglesia, precisamente en donde se encuentra el Museo de las Culturas, también mostraba un paisaje urbano encantador. Caminamos con la cámara en las manos.

Obviamente entramos al museo, el cual es gratuito y abre todos los días (sólo lo cierran de 01:00 a 02:00 Pm). En la planta baja visitamos salas donde exponían parte de la historia de Cotacachi, iniciando desde la época Precolombina. También hay exposiciones sobre su arte y tradiciones, un pasado que vale la pena conocer, como sus personajes más representativos que participan en la Danza de los Abagos y el Baile de San Juan y San Pedro, fiestas que tienen mucha importancia en la ciudad.

Antes de regresar a descansar, ya que al día siguiente nos esperaba una larga caminata, pasamos por el postre; un helado de paila, comprado por $0.50 en un puesto cercano de la Plaza Principal.

Nuestro segundo día en Cotacachi comenzó con un gran desayuno en el Yellow Guest House que nos dejó sumamente satisfechos y con la energía suficiente para completar un sendero de cinco horas alrededor de la Laguna de Cuicocha.

A las 08:30 Am nos dirigimos hacia allá, se encuentra a 20 minutos de Cotacachi. Es posible ir en vehículo propio o solicitar un taxi que te recoge en el hospedaje, cuesta $6.00 –por trayecto– y luego de 5 horas pasa por ti en la laguna para regresarte a tu hotel. Lo más recomendable es partir temprano por la mañana para caminar con tranquilidad y evitar los fuertes golpes del sol.

Primero pasamos por una pequeña localidad llamada Quiroga, cuya plaza principal también luce llamativa. En la Laguna de Cuicocha hay estacionamientos, la entrada es gratuita (sólo se debe registrar en la garita de control), aunque está prohibido acceder con mascotas, ya que es una reserva: Cotacachi - Cayapas. Se puede ingresar de 08:00 Am a 04:00 Pm.

Para empezar el sendero (llamado Las Orquídeas, el cual posee 14 km) se toma el lado derecho, aunque algunas personas, incluyendo los encargados de nuestro hospedaje, nos aconsejaron iniciar por el lado izquierdo, es decir, hacer el recorrido en sentido contrario porque así sería más fácil; tendríamos ascensos menos pronunciados. De igual manera atravesaríamos por debajo de gigantescos árboles y rincones llenos de naturaleza.

Lo hicimos de ese modo, siendo los únicos en esta dirección. El camino estaba completamente marcado, no había forma de perderse (tampoco está permitido salirse del circuito trazado). A pesar de encontrarnos entre los 3,100 a 3,450 msnm, el clima era muy cambiante. Por momentos corría mucho viento, y cada tanto nos quitábamos los abrigos debido al calor.

Lo impresionante de esta laguna, aparte de tener dos grandes islotes en la mitad del agua (llamado Teodoro Wolf y el otro Yerovi), es que en realidad se trata de un cráter activo. Mientras caminamos por el sendero, podemos ver los islotes desde diferentes perspectivas. Existen también miradores que dan una vista más amplia del lugar como el Mirador El Arrayán.

Hay sillas para descansar y recuperar fuerzas durante el trayecto, algunas techadas para sentarse a comer un snack; importante cargar mucha agua que perdure durante las cinco horas. Al final del camino, si el clima lo permite, se puede visualizar a lo lejos el Volcán Cotacachi, aunque esta vez las nubes ocultaban sus casi 4900 metros.

Al terminar el recorrido (en el punto donde la mayoría de turistas inician la caminata), agotados y sin los abrigos puestos, nos encontramos con un pequeño sendero denominado Ruta Sagrada, el cual exhibe un modelo de calendario solar y lunar. Siguiendo por el mismo camino, al final, nos topamos con un centro de interpretación acerca de la laguna y su entorno.

Avanzamos hasta la hostería que se halla frente a la laguna, donde también funciona un restaurante, cuentan con locales de artesanías y es el punto para subirse a una lancha y navegar en medio de los dos islotes que se levantan en la mitad de la Laguna de Cuicocha. El paseo cuesta $3.50 cada uno y parte con –mínimo– ocho personas.

El recorrido toma cerca de media hora, los pasajeros deciden si quieren navegar alrededor o en medio de los islotes. Hay una parte en donde la lancha se detiene y el guía da una explicación, a la vez que señala el área donde se observan ciertas burbujas (lo que demuestra la actividad de la zona).

Lamentablemente, a la hora en que nos acercamos (casi las 02:30 Pm), no había más gente que se interesara en tomar el paseo en lancha. La última había salido 3 minutos antes. Mientras estuvimos en el sendero alrededor de la laguna, vimos varias lanchas que circulaban constantemente. Después nos enteramos que, durante la mañana, es cuando tienen mayor afluencia (incrementándose los fines de semana).

Regresamos al centro de Cotacachi con un apetito enorme y visitamos el restaurante La Casa del Turista, ubicado a dos cuadras de la Plaza Principal (sobre la calle Simón Bolívar). El almuerzo costaba $8.00 e incluía postre, la bebida era adicional, pero la chica que nos atendió, al ver nuestras caras de cansancio, nos las obsequió. Nos retiramos contentos y con los estómagos a tope, listos para resguardarnos en nuestro hospedaje hasta el día siguiente que emprenderíamos el regreso.

Aparte de navegar en lancha sobre la Laguna de Cuicocha, nos quedó pendiente probar las carnes coloradas, uno de los platos más típicos de Cotacachi, sobre todo en el restaurante de la Señora Unda, el más reconocido de la ciudad y el cual lleva funcionando desde hace casi 60 años.

No cabe duda de que en otra ocasión volveremos a caminar por los rincones de este tranquilo lugar, tan sereno que en el año 2000 obtuvo el premio Ciudades por La Paz, otorgado por la UNESCO. Sólo hay que recorrer 100 km en vehículo desde la capital del país para descubrir esta maravillosa ciudad.

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