Cascada salto de oro, una aventura que te hechizará

Cristopher Freire

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Presupuesto:
Bajo - menos de $100
Tiempo recomendado:
1 día

Cascada salto de oro, una aventura que te hechizará

Después de tanto esperar, el momento de salir por una nueva aventura había llegado, y ustedes me acompañarán hasta el corazón del recinto Jerusalén para conocer una de las cascadas más atractivas de la región costa. Algunos amigos la habían visitado antes, y me contaron la travesía que tuvieron que pasar para llegar hasta allí, pero que aún con la dificultad del camino, y de haberse perdido un par de veces, les lleno su alma aventurera. Estar por fin frente a frente con la cascada.

La cascada salto de oro queda 63 kilómetros de Guayaquil, se origina en la cordillera Paján, al límite de las provincias de Guayas y Manabí, y es aquí donde nace el rio Jerusalén que ayuda a esta comunidad agrícola.  Si deseas ir en tu carro, te recomiendo que lo hagas, solo si tienes un vehículo 4x4, porque es un terreno rural, que tiene riachuelos y colinas empinadas. Además no tendrás que preocuparte por combustible, pues en el camino hay varias Primax donde llenar tu tanque.

7 Am comenzó nuestro día, partimos desde el Terminal Terrestre, el boleto hasta Pedro Carbo tiene un valor de $1.90 , en una hora y media llegarás (pídeles que te dejen en la esquina del TIA, pues desde allí estas a una cuadra del siguiente bus). Este es un buen momento para desayunar y de conseguir snacks, agua y bloqueador solar, porque te harán falta más tarde.

Al ingresar por esta calle, encontrarás parqueados los mini-buses con nombres peculiares, nosotros abordamos en “El Profe” el pasaje sale a 0.75 ctvs. El conductor y su ayudante fueron súper buen dato, pues les mencionamos que íbamos a la cascada, y durante el trayecto trataron de conseguirnos una camioneta para poder llegar sin cansarnos, para nuestra mala suerte no había quién nos llevara. Es por eso que al llegar al pueblo, tuvimos que decidir en el grupo si caminaríamos o esperaríamos por una camioneta.

Y así fue cómo 5 decidimos caminar y 4 se quedaron a esperar. Así avanzaríamos con la esperanza que mientras caminemos aparecerían con un transporte para evitarnos fatigas.

Un letrero nos advertía cuanta distancia debíamos caminar, pero ahí estábamos nosotros, con muchísimas ganas de llegar pronto. Durante el camino tendrás que pasar por varias propiedades privadas, trata de dejar bien ajustadas las cercas cada que pases, porque si no lo haces se escaparan sus animales, que por cierto encontramos unos que no me imaginaba verlos en la costa, hablo de unas cuantas llamitas que nos saludaban.

Todo iba bastante bien, vimos potros salvajes, oímos cantos espectaculares de aves y teníamos buen clima, vimos una empinada cuesta arriba asomándose, y no les mentiré, a más de uno dejo con la lengua afuera. Nos sentamos para recuperar energías, y fue allí cuando apareció un niño en su caballo y con su perro, y fue nuestro fiel guía, nos esperaba para que no nos perdamos del camino, incluso en esta foto se percibe así.

Tuvimos que despedirnos de él, pues se divisaba una camioneta acercándose, subimos al vuelo y acá nos reunimos el grupo nuevamente, pues al parecer lograron conseguir un aventón, agradecimos realmente esta ayuda, pues no se puede decir que nos faltaba poco camino. Después de 20 minutos llegamos al último terreno que debíamos pasar, el ingreso al mismo por persona tiene un valor de 50 ctvs. Por vehículo 4 dólares, y el parqueo 2 dólares.

Esta travesía termina junto al sendero de descenso, y acá nos pudimos dar cuenta de la diferencia brutal de ambiente, la mayor parte del camino veíamos bosque seco, unos cuantos guayacanes por aquí y por allá, sin embargo aquí notamos que estábamos por entrar a un bosque húmedo de lo más frondoso, este sendero es bastante empinado cerca de 25 metros de descenso, así que tómense su tiempo, ayúdense y no se me caigan (Aquí se nota la importancia del buen calzado) El sonido del agua cayendo se hace más notorio, y te va a motivar a llegar pronto.

Una vez abajo, lo primero que verás es la playita y poco a poco se irá descubriendo esta increíble cascada. El sol iluminaba el agua que caía y tornaba verde esmeralda su lago. Aquí estaban algunas personas, unos descansando en la arena y otros se la pasaron disfrutando de los saltos, ya que detrás de la caída del agua hay un pasadizo que te deja subir hasta la mitad de la cascada, y parecía muy divertido saltar desde allí.

Cuentan los lugareños, que algunas personas que visitan este sitio sin compañía, ven seres de lo más extraños o que si intentan llevarse algún recuerdo del sitio no encuentran el camino de vuelta, otros cuentan que en el fondo del lago reposa un tesoro y por esa leyenda se debe su nombre.

Me fije que unos cuantos campistas se estaban preparando para partir, y la verdad esta parece ser la mejor idea si quieres disfrutar del todo este magnífico sitio, porque tendrás más tiempo para explorar las cercanías, sin muchas personas a tu alrededor.

Dedicamos unos minutos para descansar, beber agua y picar algo de comida, porque amigos aún no termina la excursión, no se acomoden tanto, aún falta conocer esa cueva escondida en su cima.

Del lado opuesto del camino de llegada, está la ruta para conocer la salvaje cueva del puente, debes subir como lo haría un jaguar para evitar resbalones, créeme que todo ese esfuerzo físico valdrá la pena, aunque de un poco de vértigo, la vista te deslumbrará.

Debes seguir el camino del riachuelo para llegar a la cueva del puente, el bosque nativo aquí se vuelve denso y te regala un paisaje de ensueño, con inmensas hojas que cubren las paredes de su entrada y dentro veras estalactitas de millones de años, este es el hogar de animales como: arácnidos, golondrinas y los murciélagos, a los que te pido por favor no los perturbes, ellos dedican el día para dormir y seguro no tendrán ganas de despertarse.

Aquí aproveche para sacar unas fotos increíbles para el postureo, que además servirán para motivar a nacionales y extranjeros a que visiten estos lugares escondidos. Por cierto mientras hacía fotos me fije que hay ciertas rocas que tienen conchas petrificadas, tanto dentro como fuera de la cueva, algunas están recubiertas de musgos, así que debes ser bien observador.

Bajamos devuelta a la playita a mojar nuestros pies con el agua fresca del lago, para luego partir de vuelta a casa. Menos mal ya teníamos quien nos regrese, así que no tendríamos que caminar por horas de nuevo. Además que podríamos disfrutar del paisaje devuelta.

Este ha sido uno de mis viajes más agotadores pero que recomendare hacer a todos mis amigos, pues esta experiencia está llena de aventura.  

Datos importantes
Presupuesto:
Bajo - menos de $100
Tiempo recomendado:
1 día
Experiencia relatada por:
Cristopher Freire

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