Arenillas, un viaje sustentable.

Adriana Márquez

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Datos importantes
Presupuesto:
medio - $175
Tiempo recomendado:
3 días - 2 noches

Arenillas, un viaje sustentable.

Existe una pintoresca provincia en Ecuador que alberga 17 diferentes ecosistemas, y se llama El Oro. Uno de estos entornos, es el bosque seco donde se encuentra ubicada Arenillas, uno de los secretos mejores guardados del país. Un rinconcito encantador y lleno de energía que ahora también es considerado Reserva de la Biósfera. Si amas la naturaleza, los campos de frutas, los senderos y el chocolate, este podría ser tu siguiente destino.

El viaje desde Quito a Machala dura aproximadamente entre 8 a 10 horas. Antes de salir de la ciudad no olvides recargar el tanque en la estación Primax de la Av. Simón Bolivar, y comprar algunos snacks en la Tienda Listo!, pues en este punto, inicia la aventura. El tiempo de viaje depende si eres de las personas que paran y disfrutan del camino picando las delicias gastronómicas de la carretera, y vas fotografiando escenarios; o si eres de los que prefieren llegar en menos tiempo, sin parar en casi ningún lugar. En cualquier caso, te recomiendo la ruta de Pallatanga, llena de alucinantes paisajes andinos. Luego, encontrarás kilómetros y kilómetros de plantaciones de banano, entonces sabrás que estás llegando. Ya en Machala pones en Google Maps: Arenillas. No olvides que si necesitas recargar nuevamente el tanque, hay otra Primax por la Ciudadela Las Brisas, precisamente antes de salir de Machala, pues aún faltan 46 km para llegar al destino final. Dejaré por aquí los mapas.

Al llegar a Arenillas buscamos la Finca Agroecológica Happy Fruit. Damos un breve recorrido por los alrededores, reconociendo que habíamos llegado a un lugar soñado. Yo estaba encantada. En esta ocasión hubo una promoción en el hospedaje de tres días y dos noches por $120 por persona, que incluía cinco comidas, degustación de productos, un tour agroecológico y un taller de chocolate. No dudamos en tomar la oportunidad.

Después de familiarizarnos con el sitio, vamos a almorzar. Sabía que los alimentos  que utilizaban eran todos orgánicos, pero no tenía idea que todo el festín era vegetariano. ¡Me sentí entusiasmada! El menú consistía en repe tradicional, una torta de yuca, choclo y carne vegetal en salsa de champiñones, vegetales al horno y al pesto, y flores comestibles bañadas en vinagreta. Eso no es todo, de entrada, hummus de pimiento, mermelada de mango, salsa de maní y ají de la casa para huntar con pan de masa madre hecho de harina de coco. Aquí la alimentación es un sano e increíble experimentar. Seas o no seas vegetariano, este es un banquete que jamás olvidarás.

Si no te hospedas en el lugar, igualmente puedes probar este estilo de cocina consciente, tanto el desayuno ($15), almuerzo ($15 - $20) o cena, ($15 - $20). Ni el sabor, ni las porciones, le piden favor a nadie. Ñam, total.

Luego de la comida, es hora de un buen café y de prepararnos para nuestro tour por la finca.

Discover the happy trail, es un recorrido que dura aproximadamente dos horas. Se atraviesa la finca, aprendiendo sobre la permacultura y el desarrollo sostenible, es decir, te cuentan los parámetros ideales para plantear una cultura permanente que utiliza hoy los recursos naturales de nuestro planeta sin devastar los recursos de futuras generaciones: un desarrollo de cero destrucción, amable con la naturaleza y con el ser humano. ¿Cómo lo hacen? A través del ejemplo mediante diferentes propuestas ambientales. Tienen baños secos ecológicos -sí, los de aserrín-; no hacen compost, pero ponen microorganismos en la tierra; reciclan; reutilizan; transforman los alimentos en productos orgánicos o en superalimentos; usan plantas medicinales para curaciones; y también semillas para joyería. En este lugar, como en la naturaleza misma, ¡todo es un ciclo que vuelve a tener vida!

Mientras aprendes todo esto caminas en extensos campos frutales y verdes que confirman la maravilla que representa el bosque seco ecuatoriano, que a su vez en un bosque que da 130 diferentes alimentos en sus tierras. Te muestran como nuestro planeta es la casa grande, que nutre al cuerpo, nuestra casa chica.

Si te gustan las frutas, este tour es un edén tropical para el paladar. Para hacer un break de la caminata, paramos en pleno bosque un momento para  hacer una degustación de maracuyá, guaba, grosella china, jackfruit, pitahaya, nueve diferentes especies de mango, dos especies de naranja y dos tipos de cacao, incluyendo el que ha puesto el nombre del Ecuador muy en alto: el cacao nacional fino de aroma. Nuestro producto insigne.

Retomamos nuestro camino para llegar al icónico árbol de la vida de la finca; lo abrazamos pues dicen que te conecta con la naturaleza y te recarga de energía. Es mejor hacerlo descalzo. También caminamos entre enormes ceibos para llegar a un gran mirador cerca de un campo de pitahayas, y logramos ver el atardecer: un sol anaranjado rompiendo el cielo en tonos cálidos. Nos quita el aliento, pero decidimos regresar, pues la hora de los mosquitos ha llegado.

Al anochecer nos sumergirnos en una piscina natural, prendemos la fogata y la música, y probamos unas cuantas picaditas vegetarianas. Nuevamente se lucen con un festín de alimentación consciente, delicioso y digno de reconocimiento a nivel nacional e internacional, pues destacan la frescura y los sabores del Ecuador en cuanto a frutas, granos y verduras. Cerramos el día jugando cartas y, finalmente, a descansar con los sonidos de la naturaleza arrullándonos.


Día 2:

A la mañana siguiente, totalmente recargados para un nuevo día, vamos a desayunar. No nos cabía duda que el desayuno sería nuevamente algo espectacular, y lo fue, pero decidimos comer ligero, pues nos esperaba a continuación el taller de elaboración y degustación de chocolate. Mi parte favorita, ¡qué emoción!

Oro moreno, theobroma cacao o fruto de los dioses, llamaban al cacao, siglos atrás. Siempre ha sido un placer y comerlo, pero antes era utilizado para preparar una bebida sagrada, amarga y picante, en rituales espirituales. Eso nos cuentan en el taller del chocolate, mientras vemos las pepitas de este fruto echadas al sol en el piso -como en esos tiempos que viajabamos y veíamos este mismo cuadro al borde de las carreteras de la Costa-. El siguiente paso es tostar las pepas y molerlas, agregar azucar y aceite en un pequeño molino, hasta que el sabor te encante. Finalmente queda una pasta de chocolate con la cual vas a crear una explosión de sabores.

Manos a la obra -o al chocolate-. Puedes combinarlo con sal rosada, o con moringa; y por qué no con ají, café o con cáscara molida de naranja, limón, mandarina, entre otros. ¡Juega! Todo se vale. ¿Qué te apetece mezclar?




Por la tarde, después de almorzar,  una buena forma de terminar el día es salir a recorrer la ciudad de Arenillas. Dicen que es como un Zaruma, más pequeño pero igual pintoresco. Tiene toda la pinta de ser otro de los pueblos mágicos del Ecuador.

Día 3

El tercer día puedes aprovechar yendo a la Reserva Ecológica Arenillas que está a solo cinco minutos de la Finca Happy Fruit.  Más allá también están las Cascadas del Blanco y la represa Tahuín. Todo este sector es perfecto para el avistamiento de aves, del murciélago blanco y, en la parroquia Libertad, también están los monos aulladores. Si quieres alargar aún más tu estadía puedes aprovechar conociendo iniciativas comunitarias lideradas por mujeres donde, nuevamente, te deleitarás con la elaboración del chocolate.

Otro dato importante es que además aquí, ¡florecen Guayacanes! Sí. Esta parroquia se torna amarilla y dorada con campos iluminados por estos legendarios árboles. Su florecimiento es un evento que ocurre una vez al año, entre Diciembre y Enero, un show de la naturaleza. Esta ocasión no alcancé a verlo, pero es una gran excusa para volver. Otra muestra de que la provincia de El Oro, tiene oro.


Hasta la próxima, Arenillas. Me quedas grabada en la mente como todo un escape natural y un destino curativo. Si buscas un lugar conectado con la naturaleza, este es sin duda, demasiado paraíso.

Datos importantes
Presupuesto:
medio - $175
Tiempo recomendado:
3 días - 2 noches
Experiencia relatada por:
Adriana Márquez

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