A paso lento por Riobamba: la Sultana de los Andes.

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Presupuesto:
Más de $100
Tiempo recomendado:
3 días

A paso lento por Riobamba: la Sultana de los Andes.

Antes de emprender el viaje hacia Riobamba, teníamos presente que el frío sería un poco brusco, sobre todo durante la noche, pero no teníamos idea qué nos sorprenderíamos tanto con las edificaciones y paisajes (naturales y urbanos) que veríamos.

Por lo general, cuando salimos de viaje, sobre todo hacia la Sierra ecuatoriana, lo hacemos temprano, pero aquel día lluvioso nos atrasamos y terminamos partiendo a las 11:30 Am con 220 km por delante (si arrancamos desde la Primax que se encuentra cruzando el puente de Durán).

El camino fue tranquilo aunque en algunas partes, la neblina adornaba el paisaje montañoso, llegamos sin complicaciones a la Laguna de Colta cuando el reloj marcaba las 03:40 Pm, estuvimos poco más de cuatro horas en la ruta (si vienen desde Guayaquil, es mejor parar en este punto antes de llegar a Riobamba).

Si viajas en bus (la cooperativa CITA va directo y cuesta USD $7,25 desde la terminal de Guayaquil), le puedes decir al chofer que te deje en la entrada. Después puedes tomar otro que te llevará hasta la terminal Interprovincial de Riobamba en sólo 45 minutos por USD $0,50.

El frío y el viento fueron los primeros en darnos la bienvenida, seguido de la señora encargada (vestida con prendas típicas de la comunidad) que nos vendió el boleto de ingreso a la laguna por sólo USD $0,60 cada uno. El acceso era de 08:00 Am a 06:00 Pm, por lo que teníamos tiempo suficiente para recorrer el lugar.

El vehículo lo puedes estacionar afuera de forma gratuita, o pagando USD $1,00 para parquearlo dentro, ambos sitios son seguros. Si cargas el abrigo y gorro en la maleta, póntelos antes de bajar, lo necesitarás a la hora de caminar, especialmente cuando subas a la pequeña montaña cubierta de césped que se encuentra junto a la laguna.

Ascendimos con cero dificultad por unas escaleras y, desde la parte alta, obtuvimos una mejor vista de la laguna y las montañas (aunque escondidas por las nubes). Vimos todos los yates fijados en un extremo, el paseo costaba USD $1,50 por persona, pero esta vez no había nadie.

Bajamos y continuamos caminando por los alrededores, parando frente a la orilla y disfrutando de la tranquilidad del lugar. Teníamos la opción de alquilar bicicletas por USD $2,00 cada uno y pedalear durante media hora, pero preferimos andar a pie hasta que, pasado casi 40 minutos, cruzamos la carretera para conocer uno de los templos más importantes del país.

Se trataba de la Iglesia Balbanera, la primera iglesia católica fundada en Ecuador: el 15 de Agosto de 1534. Se dice que Sebastián de Benalcázar mandó a construirla por la protección que tuvieron los españoles al enfrentarse contra los indígenas Puruhá en esta zona.

En realidad, los indígenas fueron quienes la construyeron, por tal razón, los ángeles dibujados en la fachada tienen alas saliendo desde el cuello y poseen rasgos de la etnia antigua. El techo fue hecho de paja y se mantuvo así durante algunos años; luego, entre las restauraciones que ha tenido a lo largo de estos tiempos, se lo cambió por uno más resistente. El pilar y el altar en forma piramidal son los originales, se conservan desde aquella época.

Se la puede visitar de 08:00 Am a 04:30 Pm, al igual que su museo (se ingresa pagando USD $1,00). Cuando llegamos, estaban a punto de cerrar (ya habían activado la alarma), pero la chica encargada nos permitió entrar y tomar fotos; la atmósfera hace que se la aprecie mejor por dentro. Durante los minutos que estuvimos allí, retomó su papel de guía y nos contó la historia de su construcción (la misma que relatamos anteriormente).

Llegamos al centro de Riobamba después de media hora de viaje. Para dormir escogimos una zona tranquila y con bastante variedad en restaurantes y cafeterías, también se encontraba cerca de varios sitios que queríamos visitar a pie, por eso nos alojamos en el Hotel Metropolitano frente a la estación de tren, sobre la Av. Daniel León Borja. Pagamos USD $30 por la habitación con desayuno incluido.

Cerca teníamos opciones para comer hamburguesa, pizza y helados, pero, después de dejar las mochilas, nos llamó la atención el local de Barbados Cocina Casual, el burrito y las costillas de cerdo, junto con alitas de pollo, fueron una excelente elección para nuestro almuerzo / cena (sus platos rondan los USD $4,00 y $7,00), seguimos con el postre en Up Cream. A pesar de que hacía frío, sentíamos que no podíamos dejar de probar esta forma particular de preparar helados.

Esa noche nos agarró la lluvia cuando regresábamos al hotel, habíamos escuchado que Riobamba era conocida como la Sultana de Los Andes, mientras que otros la apodaban “fríobamba”, en ese instante mientras nos protegíamos de las gotas, pudimos comprobar la razón del último sobrenombre.

Segundo día

A las 09:00 Am, luego de desayunar en el hospedaje, nos dirigimos hacia la población de Guano, ubicado a sólo 6 km de Riobamba, tardamos menos de 20 minutos en llegar. También puedes ir en bus, cuesta USD $0,30 y se lo toma en la Plaza Dávalos.

El primer punto que visitamos fue el Museo de la Ciudad, abierto de 08:00 Am a 05:00 Pm (sábados y domingos hasta las 06:00 Pm). Recomendamos visitarlo entre sábado a miércoles por el simple motivo que, durante esos días, hasta las 04:00 Pm, junto a la puerta se encuentra de pie, dando la bienvenida a los turistas, Baltazar Ushca: catalogado como el último hielero del Chimborazo.

Conversamos con él, nos dio un pequeño recorrido dentro del museo, nos condujo hasta la estatua que levantaron en su nombre, nos explicó que tarda cuatro horas en llegar hasta las faldas del Chimborazo para picar y recolectar hielo, después desciende en dos horas acompañado de sus mulas que cargan los bloques de hielo cubiertos con paja de páramo, los mismos que vende a USD $5,00 en los mercados La Merced y San Alfonso.

Otro motivo importante por el cual sugerimos visitar este museo (quizás sea de las atracciones más interesantes de Guano), es para ver la momia que yace acostada y protegida por un vidrio. Según investigaciones, se trata de Fray Lázaro de Santofimia, un franciscano que ocupó el cargo del primer guardián del Convento de Nuestra Señora de la Asunción –en 1572–.

Su cuerpo momificado fue hallado en una de las paredes del convento después del terremoto del 05 de agosto de 1949. Lo curioso es que, junto a él, había un ratón también momificado; ambos se exhiben en el museo. El costo del ingreso para nacionales es USD $0,50, mientras que para extranjeros es USD $1,00.

Luego de la visita, pasamos a conocer las ruinas del exconvento de la Asunción, vimos la pared donde fue hallada la momia, nos sorprendimos con dos esculturas de monjes franciscanos, una pila bautismal y rastros de pinturas, todo de aquella época. Aquí decidimos sentarnos a descansar un rato, aunque estábamos en la Sierra ecuatoriana, pasado el mediodía el sol empieza a calentar el ambiente hasta el punto de hacernos quitar los abrigos.

En pocos minutos empezamos a caminar hacia la Colina de Lluishing, ubicada bastante cerca del museo y del exconvento. La primera actividad que hicimos fue andar por el sendero natural de 500 metros que conduce hasta el sector de escalada en roca. No llegamos hasta la parte final, pero disfrutamos de la vegetación que se observaba durante el trayecto. Dicen que estas formaciones se crearon hace miles de años debido a una erupción del volcán Chimborazo.

Al regresar del sendero, empezamos a ascender por las 327 escalinatas de la colina, en el sitio habían tres monolitos (llamados pez, vasija y cara del Inca) que se apreciaban mejor a medida que íbamos subiendo. Fueron tallados en roca en 1946 por el artista Luis Felipe Reinoso. Sin darnos cuenta (y sin tanto esfuerzo para encontrarnos en altura, a más de 2767 msnm), llegamos hasta la parte alta, donde la vista panorámica de Guano nos hipnotizó.

No vimos a nadie más por el lugar, pasamos frente a la antigua casa de Marcos Montalvo (padre del personaje nacional Juan Montalvo), pero la encontramos cerrada. Vimos también un restaurante y una tarabita para quienes preferían las actividades más extremas.

Después nos dirigimos a pie hacia el Parque Central, donde probamos las famosas Cholas en un comercio de enfrente (en la calle García Moreno). Eran una especie de empanadas dulces rellenas con panela, hechas en horno de leña. Vendían 6 por un dólar; catalogadas como una auténtica tradición guaneña. Los días domingos se puede encontrar más puestos de comida y artesanías en la feria que realizan dentro del parque.

Antes de marcharnos de Guano, pasamos por un local de alfombras, vimos unas tejedoras concentradas en su labor, hasta que nos vieron y nos invitaron a pasar. Su técnica y rapidez era fascinante. Con permiso previo, pudimos retratarlas sin problema. Es una actividad comercial típica de la zona, venden alfombras de todos los tamaños, sus diseños son reconocidos a nivel mundial, tanto así, que existe una dentro de la Casa Blanca en Washington D. C.; nos despedimos de las dos señoras y regresamos hacia la Sultana de los Andes para seguir descubriendo más sitios.

El centro de Riobamba era apacible para andar a pie y con calma, de esa manera nos topamos con algunas infraestructuras que no habíamos anotado en el mapa y que, al pasar frente a ellas, fue inevitable detenernos. Nos sucedió con la Iglesia de la Concepción, su fachada y arquitectura nos impresionó, al igual que la Catedral de San Pedro, ubicada frente al Parque Maldonado, donde en el otro extremo, vimos el Museo de la Ciudad de Riobamba.

Sin pensarlo dos veces entramos, era gratis y habían salas temporales y permanentes donde se podía aprender sobre la historia y cultura del lugar, permanecía abierto hasta las 06:00 Pm. El reloj indicaba que nos habíamos pasado la hora de almuerzo, no habíamos parado en ningún restaurante porque nuestra intención era comer en el Mercado La Merced, el plato popular (sea en la mañana o por la tarde) era el hornado –costaba USD $5,00–.

Nos sentamos en una mesa fuera del comedor Doña Luna, con lo que nos sirvieron, más un vaso de jugo –USD $1,25–, sabíamos que estaríamos llenos hasta la noche, por lo que decidimos seguir paseando a pie por la ciudad.

Antes que acabara el día, caminamos hasta el Parque Sucre, donde se encuentra la fuente que posee la escultura del dios Neptuno, desde este punto, con el Colegio Pedro Vicente Maldonado de fondo, enmarca la foto que todos los turistas se llevan de recuerdo cuando visitan Riobamba.

Al momento de regresar al hotel, justo en la esquina del parque, nos topamos con el Teatro León, en ese instante lo estaban remodelando, nos hubiese encantado entrar (o por lo menos ver su fachada despejada) a este edificio patrimonial y cultural que lleva más de 90 años en pie.

Llegamos hasta el Museo del Convento de las Conceptas, considerado como uno de los mejores de arte religioso en Latinoamérica en cuanto al valor de las obras que posee. Quizás por tal razón, en octubre de 2007, se robaron varios objetos, entre los más importantes estaban dos cruces de oro y la Custodia elaborada en 1705. En marzo de 2008 alcanzaron a recuperar las cruces en Bogotá, de la última reliquia no se ha obtenido noticias hasta la fecha.

El ingreso tenía un costo de USD $3,00 (había descuento para estudiantes), se podían ver algunas salas de exhibición con pinturas, ornamentos, estatuas y réplicas de los cuartos donde habitaban las monjas. Vale la pena visitarlo, sus horarios son: martes a sábado de 09:00 Am a 12:30 Pm y 03:00 Pm a 05:30 Pm.

Por la noche ya empezábamos a despedirnos de Riobamba, sabíamos que al día siguiente partiríamos temprano en la mañana, así que paseamos a lo largo de la Av. Daniel León Borja por última vez, buscando dónde cenar, hasta que al final, la decoración del local Vintage House hizo que entráramos allí y nos pidamos dos crepes por USD $4,00 (tenían promoción 2x1).

Nuestra idea del viaje en un principio era ver al volcán Chimborazo de cerca, pero en esta fecha, el clima no favorecía; los días amanecen y terminan nublados (ahora es ideal para quienes deseen hacer cumbre, ya que hay poco viento). Dicen que la mejor época para contemplarlo sin nubes, es de junio a agosto, y que un taxi desde el centro de la ciudad cobra USD $40,00 por ir hasta el primer refugio, esperar un rato y traerte de vuelta. Aunque también puedes llegar en vehículo propio.

Riobamba nos sorprendió bastante como ciudad, la siguiente vez que la visitemos, será para llegar a contemplar al Taita Chimborazo en toda su claridad.

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