Si siempre soñaste con ir a esas playas llenas de palmeras, agua transparente, y atardeceres mágicos, pero creías que para ir a un lugar así tenias que ir al caribe... ¡pues déjame decirte que estabas equivocado! En Ecuador hay una playa con todas esas características llamada Playa Cañaveral. Apenas descubrí este lugar, no dudé en decirle a mis amigos, y de una nos fuimos rumbo a Playa Cañaveral a conocer este destino paradisiaco.

Nosotros escogimos la ruta por Bahía de Caráquez, tomando como punto de partida la Primax dela Av. Francisco de Orellana. Al ser un viaje largo, aprovechamos para tanquear el carro y comprar un poco de comida y golosinas para el camino. https://goo.gl/maps/22psBQjLrGy3P2MF6

Hicimos una primera parada en Bahía, para comer un delicioso ceviche en el Hermanacho. Este lugar es muy conocido porque te permite disfrutar de un rico ceviche a los pies de la playa.Definitivamente, comer este ceviche con la brisa del mar es algo que sí o sí tenemos que hacer cada vez que pasamos por Bahía. El ceviche mediano cuesta $7 y el grande cuesta $12. En lo personal, creo que el mediano es más que suficiente, ya que con el refill ilimitado que tienen de chifles, te quedarás repleto.

Seguimos nuestro camino y después de 2 horas finalmente llegamos a Playa Cañaveral. En esta ocasión decidimos hospedarnos en el Hostal Cañaveral. Aquí nos recibió Felipe —que ya nos había comentado que tenía todas las habitaciones llenas— por lo que llevamos nuestras carpas y acampamos en este patio maravilloso. El hospedaje aquí cuesta $20 por persona, pero como nosotros acampamos nos costó $8 por persona: ambas opciones incluyen el desayuno.

Armamos la carpa, dejamos todas nuestras cosas, y nos fuimos directo a la playa para poder bañarnos y disfrutar del atardecer. Lo mas increíble de esta playa es, que al estar a tan solo 17km de la linea ecuatorial, el sol siempre se oculta frente a la playa: por lo que es muy probable que tengas atardeceres increíbles con la puesta del sol frente a ti.

Al día siguiente, nos levantamos y fuimos al comedor a disfrutar de un desayuno típico de Manabí: bolas de verdes con queso y huevo. Por supuesto, tenemos que echarle salprieta para sentirnos como verdaderos manabas.

Luego del desayuno, manejamos 15 minutos hasta la playa de Cojimíes. Aquí nos encontramoscon Alfonso, que nos preparó un tour por las 4 islas que quedan en esta zona: Cojimíes, Júpiter,Pórteme, y la isla del Amor. Este tour nos salió en $90 por las 5 personas y puede durar todo eldía. No te olvides de negociar el precio, ya que en estas zonas es muy común el regatear.

Nos subimos al bote y la primera parada que hicimos fue en la isla Cojimíes para ver el anidamiento de aves. Aquí encontrarás cientos de aves, e incluso si tienes suerte como nosotros, podrás ver las fragatas como si estuvieras en Galápagos. Justo al lado queda la Isla Júpiter, donde nos bajamos para poder caminar por sus playas desoladas y cristalinas. El agua es tan clara aquí, que podrás ver a los cangrejos ermitaños caminar. Incluso podrás ver jaibas y medusas.

Seguimos nuestro camino hacia la Isla Portete, que es reconocida por ser la playa del Decameron Mompiche. Aquí nos bajamos y disfrutamos un rato de la playa. Al estar al lado de este resort, te encontrarás con bastantes extranjeros y zonas muy instagrameables (como el columpio en la palmera al estilo caribeño).

Finalmente, nos dirigimos hacia nuestra ultima parada —la Isla del Amor— donde aprovechamos para almorzar, meternos al mar y disfrutar de sus miradores. Esta isla es la más visitada, ya que está al frente de la playa de Cojimíes. Podrás quedarte allí a disfrutar durante toda la tarde, y cuando ya te quieras regresar, llamas a Alfonso: él vendrá a buscarte en el bote para regresarte ala playa de Cojimíes.

Manejamos de vuelta hacia Playa Cañaveral, para volver a meternos al mar y disfrutar nuevamente de la puesta de sol en esta playa que la tendrás prácticamente para ti solo. Aquí podrás grabar un atardecer simplemente hermoso. Una vez pasado el sunset, regresamos para descansar, relajarnos en las hamacas y pensar, ¿cuál será nuestro siguiente destino?

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